Calles de «El Dorado» abandonadas, entre el barro y las aguas negras.
Me informan niños y ancianos del Barrio Eldorado al sur de Montería, (Margen Izquierda) que las calles están supremamente inservibles y ya no se puede transitar por ningún lado, debido al barrizal que deja cada aguacero. Las inundaciones son evidentes tal como lo muestran las imágenes enviadas por un pequeño, a quien se le dificulta, […]
12 diciembre, 2016
Me informan niños y ancianos del Barrio Eldorado al sur de Montería, (Margen Izquierda) que las calles están supremamente inservibles y ya no se puede transitar por ningún lado, debido al barrizal que deja cada aguacero.
Las inundaciones son evidentes tal como lo muestran las imágenes enviadas por un pequeño, a quien se le dificulta, tanto como a los demás estudiantes llegar hasta su colegio.
“El alcalde no le para vola Donde esta el mejor alcalde jajajaaJjJJHJ Q colo q la cara al barrio y l dorado q nosotros también pagamos impuesto”: anotaba en un mensaje el niño, a quien por obvias razones le oculto su identidad.
Otros vecinos de ese sector olvidados de Montería por todas las administraciones, me informan que a la junta de Acción Comunal el alcalde no le presta la más mínima atención, “se los ha puesto de ruana” terminó anotando un residente decepcionado, por el actual mandatario de los Monterianos, quien “prometió el “oro y el moro” en campaña a este barrio y a la vista están estas calles, a un años de su mandato, y cada día se empeora más la movilidad de toda los que aquí vivimos” nos informaba otro habitante del sector.
“Esto que vivimos actualmente es un desastre Sr. Ya que todas las cunetas están tapadas y nuestras viviendas se están inundando de aguas negras que se rebotan por los baños” anotaba otro vecino a este medio informativo y de opinión.
En tal sentido desde esta tribuna pública le hacemos un llamado al Alcalde Marco Daniel Pineda para que se asome a estas calles y le busque una solución satisfactoria a esta comunidad donde los niños son los mayores perjudicados, puesto que ya no saben a quién recurrir desesperados en medio del lodazal, bichos y culebras que los acosan.